Villorío Glucosamina.- Un grupo de chavorrucos bien intencionados se organizaron para echar una cascarita antes de las caguamas para recordar los viejos tiempos en los que se echaban la pinta en la universidad para irse a tomar.
Para infortunio de la jauría sedienta alguien sí llevó el balón, lo que evitó que se fueran directamente a adquirir las bondades de la cerveza, al menos no antes de haber jugado fútbol.
“Tenía que no jugaba nada desde que la empresa en la que trabajé antes abrió un equipo de ‘fútbol 7”, explicó uno de ellos, sabedor que nadie le podría ganar a su revelación.
“No, we, yo tenía casi 10 años sin tocar un balón…”
, reviró uno de ellos que de pura casualidad resultó ser chilango.Confesiones similares se dieron de todos los integrantes de la bandita, quienes además de la panza chelera, tenían por común denominador el ser orgullosos portadores de la medalla al sedentario, amén de que todos eran maravillosos para el fut cuando eran jóvenes, pero el ataque de las rodillas asesinas se interpuso en su camino.
“Dejen nomás caliento, y verán como la meto al ángulo“, anticipó el más viejo de los presentes antes de darse un tirón en la primera corridita.
Después de mucho batallar, los portentosos hombres lograron encontrar un destapador para abrir las cervezas jumbo, lo que ayudó a olvidar el fiasco de colocar las porterías con piedras.
CAÓTICAMENTE REAL
MADRUGUETE PERO CIERTO
Justo cuando creías que hoy ibas a poder descansar
"No, aquí no compró nada el señor del Polo Norte", se excusó un gerente
GORRONAMENTE REAL
INFAMEMENTE CIERTO