México.- La discriminación en México es tan poderosa que ha llegado hasta la más alta élite de la sociedad. Este acto con falta de valor tocó la puerta de las hijas del próximo ex presidente, Paulina Peña y Sofía Castro, quienes al conocer la noticia de que no vivirían en Los Pinos para siempre decidieron salir al mundo real y pedir chamba en alguna empresa aliada al godinato.
Sin embargo, lo único que encontraron fue desprecio por parte de la gente de recursos humanos al notar que estas dos chicuelas estaban atiborradas de reveladores tatuajes.
“Por si sí, o por si no, nosotros no aceptamos gente con tatuajes
pues siempre resultan ser personas con antecedentes penales, robachicos, mariguanos y cholos que no cumplen con su trabajo ya demás se roban las tazas”, confesó Martha Suárez, encargada de la mañana del área de RH.Las hermanastras que decidieron dejar el nido y aventurarse como si fuera un episodio más de Girls, se toparon con infinitas muestras de rechazo por parecer mujeres banda en espera de sacar el fierro para enterrarlo en alguien más.
Por su parte, Angélica Rivera admite que dicha rebeldía por parte de sus hijas se contagia, por lo que ya está hablando con Jon Boy para que le ponga un rosario de tobillera.
"Ahorita llega la novia, tía"
RECLAMONAMENTE CIERTO
BOCONAMENTE REAL
"Ni parece que está hablando español", se quejó el dueño de una franquicia de pollos…
Yamcha tampoco puede superar que le hayan bajado a Bulma
Son los mismos que se andan con gorra en todos lados