México.- Víctor Alvarado, ingeniero de 35 años, subió repentinamente 50 kilos luego de salir del gimnasio y no tomarse la obligatoria selfie donde se corrobora que, efectivamente, fue a quemar grasa al GYM.
El error de Víctor fue olvidar cargar su cargador. Una vez que terminó de hacer ejercicio, se percató que a su celular le quedaba 1% de batería. Inútilmente intentó tomarse una foto y subirla a sus redes sociales, pues el dispositivo se apagó en seguida.
“Bueno, hoy no me tomaré una foto, ¿qué es lo peor que podría pasar?
”, expresó Víctor a sus colegas del gimnasio, según informaron ellos mismos. Algunos le advirtieron que no corriera el riesgo de no tomarse una foto, pues podría traer terribles consecuencias en su cuerpo; sin embargo, Víctor no escuchó las advertencias y se fue a casa.Apenas había caminado unos cuantos metros, cuando sintió un súbito cambio en su metabolismo. En un par de segundos le brotó panza cervecera, senos de señor, cuerpo de tío, y comenzó a percibir un agotamiento físico provocado con sólo caminar.
Al llegar a su casa y pesarse, se dio cuenta de que había subido los 50 kilos que tanto trabajo le costó bajar durante dos años. La razón fue muy sencilla: la policía de las selfies se enteró de que no había subido a sus redes la foto reglamentaria y, por esta grave falta, lo hizo engordar de nuevo. “Ni modo, la vida sigue”, concluyó Víctor mientras se pedía dos órdenes de al pastor con todo.
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CAÓTICAMENTE REAL
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