Tribunal Inquisitorial.- Aunque todos los chilangos (y los turistas de otras entidades del país que se les ocurre conocer el metro de la CDMX) saben perfectamente que viajar en metro en horas pico, o sea, casi a todas horas, es un verdadero reto de supervivencia, no todos saben que muchos de los métodos de tortura utilizados por nuestro engentado gusano naranja están inspirados en los que usaba la Santa Inquisición un par de siglos antes.
Nuestros becarios decidieron viajar en metro para conocer cuáles son los métodos de tortura (la verdad, no tienen otra opción para desplazarse) más comunes en los andenes y los vagones de nuestra limusina naranja.
Los resultados son traumatizantes, escalofriantes, tortuosos, terribles y, sobre todo, muy conocidos. Pero, aquí te van, puedes compararlos, puedes checarlos sin compromiso. ¿A poco no el metro lleno se inspiró en el Santo Oficio? Tú mismo saca tus conclusiones:
1. Te comprimes igualito que el aparato llamado “La Dama de Hierro”, o peor:
2. Los bocineros te aturden tanto que hasta piensas que explotará tu cabeza, algo parecido al “Aplastacabezas” inquisitorial:
3. Cuando ya no cabe ni una más y se suben otros veinte, sentirás que tus huesos podrían romperse de tanto apretujamiento. Algo parecido sentían los que eran sometidos a la terrible “Rueda rompehuesos”:
4. Al momento de intentar salir del vagón, sientes que una parte de tu cuerpo se queda dentro y la otra parte fuera, te estiras tanto que piensas que tus extremidades van a salir volando. Exactamente igual al famosísimo “potro de tortura”:
5. Cuando un payasito se sube al vagón y te agarra de cábula, sientes que haces el ridículo. Quisieras huir, pero porque ya vas muy tarde debes resignarte a seguir haciendo el ridículo. Esta misma sensación la experimentaban los que eran castigados con el “cepo”:
6. Otro método de estiramiento es con el que luchas por estar dentro del vagón, a pesar de que ya va hasta la madre de lleno. Algo como la “garrucha”, pero más lentamente doloroso:
7. “La tortura de la rata” consiste en que cada semana te roban tu celular en el metro. Curiosamente, hace un par de siglos también existía algo llamado “la tortura de la rata”, pero, ese sí, era más feo a que una rata te robara el celular, pues aquí las ratas se comían tus tripas.
8. Aunque la “cámara de gases” no es un método propio de la Inquisición, sí se parece mucho al momento en que el vagón está detenido y comienza a oler a sobaco, o algo más fuerte:
9. Por último, el método más cruel y más efectivo: “la espera infinita”, consiste en que el tren se detiene diez minutos en cada estación, ocasionando que el condenado comience a sentir bochorno, asfixia, dolor y ganas llorar. Este método, por el calor, nos recuerda un poco al “torito calentado” o “toro de Falaris”:
PRESUMIDAMENTE REAL
AÑORADAMENTE REAL
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