México.- Dos personas fueron consignadas a las autoridades luego de que iniciaran una súbita pelea en un supermercado por querer comprar la última máquina de escribir que se exhibía en el pasillo de “cosas que ya nadie quiere pero que hay que venderlas todavía”.
La señora Lucía Juárez y el chavorruco hípster y escritor posmoderno Marlop (cuyo nombre real es Mario López) hallaron la última máquina de escribir al mismo tiempo. Ambos sintieron que ese artículo era algo tan importante como la última chela del estadio, el último pulque de Xochimilco, o el último taco al pastor del mundo. De modo que comenzaron a discutir para ver quién merecía la anhelada máquina.
Hípster y secretaria tenían sus razones para considerar una anticuada y obsoleta máquina de escribir como lo más preciado del planeta. “Es que las computadoras me lastiman los dedos al tener un teclado tan ligerito”
, confesó la señora Lucía, mientras que el hípster aseguró que “mi escritura es más orgánica cuando redacto mis textos posmoveganos desde una máquina de escribir”.De las palabras pasaron a los arañazos y de los arañazos pasaron a los golpes y los jalones de greñas. El hípster argumentó que él merecía más la máquina porque, sin ella, nunca podría ser un escritor reconocido por el FONCA, y la secretaria del IMSS aseguró que una secretaria sin máquina de escribir era algo tan trágico como un estudiante sin cuadernos, o un político sin ganas de robar, o un taxista sin título de psicólogo.
Por fortuna, el gerente de la tienda notificó a las autoridades. Un grupo de 15 policías lograron resolver la trifulca y remitieron al MP a ambas personas. Por su parte, la máquina de escribir la compró uno de nuestros becarios que también es hípster.
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