México.- El día de hoy quedó al descubierto uno de los engaños mejor guardados en la historia del país, después de los elogios de tu madre sobre lo bien que te ves o pensar que hoy va a ser un mejor día lejos del alcoholismo.
Se trata de las preguntas incómodas que hacen los niños sobre cualquier cosa que se les viene a la cabeza. Ya que históricamente esta práctica era tolerada por considerar que la curiosidad de los niños debe ser alimentada desde temprana edad, para motivarlos a cuestionarse el mundo y desarrollarse de manera plena como seres humanos, al parecer es una gran mentira.
De acuerdo con las declaraciones de un niño cuya identidad no será revelada. Esta práctica corresponde a un perverso juego manipulador en que los niños molestan a los adultos con preguntas sin sentido, por el simple placer de hacerles pasar un momento estresante sin que ellos puedan hacer algo al respecto.
“A mi siempre me gusta ponerme a preguntar muchas cosas cuando mi papá se va al trabajo, porque me presta su celular para distraerme, me regala dulces o trata de sustituir su amor y responsabilidad con costosos juguetes o en escuelas con modelos educativos innovadores, así puedo huevonear todo el día y decirle al mundo que por ser niño tengo toda la razón y soy superior al resto ” Declaró el niño mientras llegaba su mamá a recogerlo y nos sacaba la lengua antes de salir de la oficina.
Después de estas desconcertantes declaraciones la canción “Dime abuelita” será considerada como una apología de la privación ilegal de la libertad, acoso, extorsión e intimidación por parte de los infantes.
Gracias a este descubrimiento, investigadores ya trabajan en otros interesantes enigmas de la naturaleza como hablarle de “usted” a los padres, soportar los chistes malos de tu tío en navidad o alimentar a las ardillas en el bosque de Chapultepec.
"Que vayan a trabajar los que no quieran convivir con sus suegras", propuso un líder…
AVARICIOSAMENTE CIERTO
ENFÁTICAMENTE REAL
QUÉ AGUSTICIDAD PERO CIERTO
A PENUMBRAS PERO CIERTO
SIN FRÍO MADRILEÑO PERO CIERTO