Aquí un bello homenaje a Evangelina Elizondo, la abuelita de México que nos abandonó hoy

De la Marilyn Monroe mexicana a la abuelita nacional

México.- Durante la adolescencia de estos todavía pobres becarios, hubo un rostro que representaba a todas las abuelitas del mundo: la mía, la tuya y la de cualquiera. Y no nos referimos a la ya icónica Sara García, quien engalanará por los siglos de los siglos la etiqueta de Chocolate Abuelita, sino a “Mamalena”, la abuela de una extraña telenovela en la que la protagonista era mujer que le era infiel a su esposo con Ari Telch:

Se trataba de Evangelina Elizondo, quien falleció hace unas horas, según confirmó un tweet de la Asociación Nacional de Interpretes (la que no es de Silvia Pinal, su eterna rival):

Sin duda, el amable pero filoso rostro de Evangelina nunca nos podría haber invitado a ver tristes historias, pero sí muy interesantes. Sobretodo cuando nos enteramos, por nuestros padres y abuelos que Doña Evangelina fue una de las figuras más reconocidas y admiradas en la última etapa de la Época de Oro del Cine Mexicano (¿el queeeé?).

Evangelina fue descubierta cuando, a los 21 años, dio voz a la versión mexicana de la Cenicienta. Por diversas tranzas, la actriz después demandó a Disney.

Durante su juventud hizo películas como “Las locuras de Tin-Tan”, “Viva la juventud” o “Días de otoño” (las cuales tu jefa seguro conoce). Durante esta época, fue además una de las figuras más atractivas del entretenimiento. Estas imágenes nos hacen constatar que Evangelina era una especie de Marilyn Monroe mexicana:

Con esta misma gracia, Evangelina fue acaparando personajes en telenovelas hasta ser la conocida “Mamalena” de “Mirada de mujer” (mientras tú veías Dragon Ball, tus jefes veían esta obra magna de Argos que ya profetizaba a Barbara Mori).

Además, Evangelina se dedicó a la cantada, ya que grabó algunos discos con orquesta, y también escribió libros sobre teología, arte y filosofía, temas en los que se interesó durante los noventa.

Descanse en paz Evangelina Elizondo, quien pasó de ser una talentosa y guapa actriz del buen cine nacional, a la tierna figura de autoridad de la única telenovela chida de la que hemos escuchado.

Por si les quedaba duda, esta versión de “La Llorona” no tiene abuela: