Hollyweed, California.- Durante la década de los dos mil a nadie nos importaba la quesadilla ni si llevaba queso o no. El conflicto ideológico por excelencia era tu posición sobre los “emos”: los compadecías, los odiabas y en muy pocos casos intentabas desesperádamente ser uno para sentirte parte de algo por primera vez.
Sin embargo a algunos no les parecía que algunos se pintaran los ojos, vistieran pantalones entallados, ni gritaran al mundo: “estoy sufriendo porque eres una mierda”; por lo tanto se armaron los torneos de putazos en distintas partes del país con un resultado negativo para los emotivos.
En el corazón de la contenida revolución emo, que intentó ganarse un lugar en la sociedad donde no fueran juzgados, estaba la música y el rey era Gerard Way, vocalista y líder de My Chemical Romance.
La banda estadounidense alcanzó varias metas importantes, como que sus fans fueran odiados o ser el soundtrack idílico de Los Sillones. Estuvieron activos mucho tiempo y tras su desbandada, Gerard Way se volvió escritor de cómics. Para lograrse suficientemente, adoptó el prototipo corporal del fanático y así se ve en 2017:
El jugador tenía esperanza que de perdida este premio sí lo ganaría por su actuación
ENTERNECEDORAMENTE REAL
GIGANTEMENTE CIERTO
NO ES FAN DE SU RELACIÓN PERO CIERTO
FALLOS DE COMUNICACIÓN PERO CIERTO
CRUDAMENTE REAL