“En mi rancho llueve fuego y los teporochos se derriten en la calle”
Gatos Güeros, Nuevo León – Santiago García de la Garza y Garza, originario de Monterrey, explotó esta tarde después de aguantarse por horas las ganas de decir “N’ambe, esto ni es calor” ante las quejas de sus amigos chilangos por las altas temperaturas que azotan al DF. Sus restos quedaron esparcidos en la banqueta y olían a una mezcla entre cabrito, carne asada y frustración acumulada.
Sus amigos, todos chilangos, le habían prohibido unas horas antes burlarse o hacer menos el calor que sentían, como se le había vuelto costumbre. “Que en tu rancho haga más calor no nos quita el calor que sentimos, carnal”, le recriminaron.
Santiago, de oficio payaso al igual que la mitad de Monterrey, se pasó toda la mañana diciendo que en su pueblo meado llovía fuego durante el verano y que su madre cocinaba la machaca con huevo aventando los ingredientes a la banqueta y dejando que se frieran solitos.
“N’ambre, esto no es calor, en mi rancho el alcalde es un caballo y una vez vi a un teporocho derritiéndose a mitad de la calle”, solía decir aunque no viniera al caso.
Los que no arden, rompedores de caguamas, padres de caballos y amos de la carnita asada.
Ante estos trágicos eventos, las autoridades de Protección Civil recomendaron no aguantarse las ganas de decir que en sus ranchos hace más calor, pues aunque es molesto, resulta mucho más perjudicial aguantarse las ganas.
Los detalles del funeral todavía no se daban a conocer al momento de escribir esta nota, pero trascendió que la última voluntad del joven regiomontano era que lo dejaran expuesto al calor de Monterrey hasta que se convirtiera en cenizas, y después que esparcieran las cenizas sobre una carne asada en donde estuvieran todos sus amigos acompañados de la música de Los Cadetes de Linares que tanto amó en vida.
