Ciclo de vida de un marihuano desde que le invitan un churro hasta que consigue una diputación en Morena

Ciclo de vida de un marihuano desde que le invitan un churro hasta que consigue una diputación en Morena

por Yisus

Cómo han cambiado los pachecos

México Mágico.- Aunque todavía no es legal, la marihuana cada día se está volviendo más aceptada entre la sociedad. Desde nuevos productos cannabicos, como dulces o pomadas, hasta gente famosa como Veronica Castro fumando mota en una serie de televisión, son pruebas de que muy pronto tus tías ya no se espantarán cuando vean a un marihuano en la calle. 

¿Nunca te has preguntado por qué AMLO habla tan lento? Un acercamiento a la respuesta de la enigmática velocidad en la palabras del presidente viejo es que las personas que lo rodean son grandes consumidores de la cannabis. La más evidente es Olga Sánchez, quien ha dedicado su vida a luchar por la despenalización de la maría y ya logró llegar hasta la ONU. Toda una heroína mexicana sin lugar a dudas.

La futura secretaria de gobernación luciendo una hermosa y orgánica camisa.

Es por eso que aquí te dejamos este sencillo manual para que entiendas cómo nace un pacheco y cómo logra convertirse en un diputado por parte de Morena. Por si creías que los marihuanos no podían conseguir otro empleo además de ser cajero del Oxxo: 

1. Le invitan su primer churro

Pedro César es un chico que cursa el segundo año de secundaria. Un día llega uno de sus compañeros (quien tiene hermanos mayores de CCH) y le presume un misterioso y verde producto que lleva en una bolsa de plástico transparente. “Hay que hacernos un churro, ¿o qué?, ¿eres puto?”, le dice a Pedro. Y como buen mexicano él acepta pues no puede permitir que nadie le diga puto. Entonces se fuman su primer toque atrás de los autobuses escolares. Un día que nunca olvidarán.

El día que le cambió su vida.

2. Entra a un CCH 

Al terminar la secundaria, Pedro César logra entrar al Colegio de Ciencias y Humanidades, en donde hay muchos jóvenes que consumen marihuana. Se encuentra feliz pues no creía que esta escuela fuera tan genial. Los churros que se hacen en el CCH son más grandes que en la secundaria, pues aquí hay más cabezas a la derecha para rolarlos. 

Porro tamaño Bob Marley.

3. Conoce a su profesor de Filosofía

Ya en quinto semestre conoce a Eduardo Gutiérrez, su profesor de filosofía que también imparte clases de historia. El maestro organiza un contingente con sus alumnos para ir a la marcha del 20 de abril, les dice que si no van les bajará dos puntos por su falta de compromiso con la planta favorita de Latinoamérica. 

Los porros son como un bebé: cada día crecen más y hay que cuidarlos mucho.

4.  Mete una segunda carrera en la ENAH

Además de comenzar a estudiar Filosofía y Letras en la UNAM, se mete a estudiar Antropología en la ENAH, porque él es un marihuano pero no un huevón, y se lo tiene que demostrar a sus tías.

Pedro César pensaba que las islas era el paraíso para fumar marihuana sin preocupaciones, pero como dicen por ahí: el que no conoce a Dios a cualquier santo le reza. Entrar a la ENAH fue lo mejor que pudo haber hecho, pues en esta escuela se pude fumar adentro del salón y compartir el toque con el profesor. 

El profesor que todos quisiéramos tener.

5. Descubre que puede hacer protestas políticas mientras fuma mota

Ya tenía ese gusanito desde en CCH, cuando escuchó por primera vez la palabra anti-capitalismo, pero no fue hasta la universidad cuando se animó a salir del closet como chairo anarquista y sentirse orgulloso de ello.

En este punto de su vida por cualquier cosa quiere hacer un paro de 72 horas para maldecir al gobierno y quedarse toda la noche en la escuela para fumar marihuana con sus amigos y profesores hasta quedarse dormidos en las canchas.

En la ENAH es muy difícil distinguir algo a un metro de distancia, por todo el humo que hay.

La entrada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

6. Si no puedes con el enemigo, únete a él

Pedro César se da cuenta de que como chairo anticapitalista no puede hacer mucho. Entonces, después de fumarse un churro y escuchar un poco a Panteón Rococó, se le ocurre una brillante idea: unirse al sistema para derrotarlo desde ahí.

Pero por sus fachas de chico ENAH le cuesta mucho trabajo entrar a un partido político. Sólo uno decide abrirle las puertas: Morena, el partido del cambio verdadero, en donde por primera vez conoce a AMLO, y al ser tocado por el viejito santo, Pedro se convierte en otro versión de Antonio Attolini.

Ya no dejará de amar a Lopez Obrador hasta el final de sus días. 

 

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