Estos niños que ayudaron por el sismo nos devuelven la esperanza en la humanidad

Estos niños que ayudaron por el sismo nos devuelven la esperanza en la humanidad

por Lui

Estos locos bajitos nos dieron una lección

 

México.- A pocos días del terremoto, las muestras de amor surgen por todos lados, y es importante que continúen así, pues las heridas de esta tragedia tardarán en sanar.

Muchos niños han brindado su apoyo, y esas acciones, sin duda, tendrán mucha resonancia en su futuro. Además de enseñarnos a ser generosos y apoyar, ellos también aprenden a ser solidarios. Definitivamente, podemos confiar que la humanidad siempre tendrá a grandes personas que aportarán luz al mundo.

Deben existir miles de pequeños que han ayudado. Aquí sólo presentamos cuatro conmovedores ejemplos que te robarán el corazón:

1. Renata

La mamá de esta pequeña compartió un video donde su hija pide a todos que salvemos vidas y apoyemos con lo que podamos. El video ha emocionado a miles de personas y, quizás, más niños han decidido también aportar de sus ahorros. La mamá compartió, en el video, este mensaje:

Ahora, el conmovedor video:

2. La cobija de princesa

Una niña de Culiacán, del 1°A, donó su cobija de princesa “para que no tengas miedo”. Imaginamos que esta pequeña descubrió que su cobija le ayudaba a dormir sin temor, así que decidió regalarla para algún otro niño que necesitara fuerza y valentía para afrontar una situación tan complicada:

3. Un pequeño voluntario

Ya habíamos compartido este video donde se ve a un pequeñito que, con casco y chaleco, se pone a regalar dulces a los voluntarios. En realidad, a todos nos regaló luz y un gran momento de ternura:

5. Ximenita

Esta niña de seis años se durmió en la madrugada por terminar las ilustraciones que acompañarían unas bolsitas con su aportación para los perritos que necesitan alimento. Es muy conmovedor mirar el amor y el esfuerzo que puso en cada dibujo:

 

Existen más historias como éstas. Definitivamente, los más pequeños aprendemos nos han dado una gran enseñanza. A veces no se necesita ser “grande” para tener un gran corazón. A veces es todo lo contrario. 

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